De dichas y desdichas
el suspiro se relame,
en su cuerpo de campo,
suspendido en el aire,
sintiendo corazón,
el muro de espesor.
A la vista el cielo está,
ni se toca, ni se vé.
¡Existe tan adentro!
allá en lo alto,
allá en el negro,
¡el suspiro corazón!