Creyéndome salvada,
me encontré
enterrada bajo tierra.
La respiración sueña entonces,
(como una vieja canción)
que se escurre y se olvida.
La naturaleza,
parece “Ser” inconmesurable.
Los campos florecen sus primaveras,
la tierra sigue alimentando sus raíces,
y los robles creciendo amplios,
el tronco de su sabiduría.
Los peces en su pecera,
parecen olvidar su sombra,
que parece tendida en la superficie.