El puente humano,
de concaba profecía,
desde este otro mundo,
de mil formas mil,
sus manos abre,
al equilibrio reflejo,
en la proeza sumergido,
la honda que dibuja movimiento.
La flor del narciso,
pálido amarillo,
que de rojo tiñe,
su imagen de los cielos.
La aves que viajan en ellos,
ondulan tu imagen.
Cuatro son pardos
y uno dorado,
el vuelo del ave,
que ahora es estanque.